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Caminar por Somiedo

Recorrer Somiedo debe ser ante todo un ejercicicio de paciencia y de respeto ecológico y cultural. Ni se puede ver con prisas ni está permitido dejar en el Parque cualquier material u objeto que antes no estuviese allí. Este territorio ya contó con pobladores a principios de la Edad de Bronce y sigue prácticamente intacto. El paisaje arqueológico deja a la vista túmulos funerarios antiquísimos, castros, y en sus deslumbrantes brañas nos topamos con la seña de identidad más conocida: las cabañas de teito, que son construcciones de piedra con cubierta de escoba, un arbusto silvestre conocido científicamente con el nombre de Cytisus scoparius, y que en Somiedo se denomina “xiniesta”. Las brañas de Pornacal y Mumián constituyen los conjuntos etnográficos más importantes en este sentido. Las cabañas nos retrotraen a una época feudal, parece que hayamos viajado en el tiempo. A nuestros ojos resultan inmemoriales y románticas. Sin embargo, las cabañas han venido cumpliendo una función vital hasta la fecha, eminentemente ganadera, como almacenes de heno y cobijo para el pastoreo. La ganadería ha sido la actividad económica por excelencia; y los pastos altos en el verano y la estabulación del ganado durante el invierno han determinado el reloj biológico de los habitantes del Parque, sobre todo de la popular población de los vaqueiros de alzada, los nómadas cantábricos.

Todos los años, en primavera, la familia vaqueira deja sus moradas de invierno y, junto con sus animales y enseres, se desplaza a los poblados de verano situados en las zonas de montaña. A veces, estos desplazamientos superaban los cien kilómetros, ya que algunas familias se “alzaban” desde la zona costera a la vertiente sur de la Cordillera, ya en tierras leonesas. Actualmente persisten unas cincuenta familias que se desplazan desde los concejos de Tineo, Salas y Belmonte de Miranda a los pueblos de verano de Somiedo (El Puerto, La Peral, La Falguera y Llamardal). La población vaqueira ha aportado y aporta muchos contenidos a la etnografía del municipio, y es en su folklore musical donde su carácter ancestral se manifiesta con más fuerza.

El concejo de Somiedo suma 37 núcleos de población agrupados en 14 parroquias. Los pueblos se enfrentan en la actualidad a retos no conocidos: la crisis de la economía tradicional, el envejecimiento rural y la apuesta por nuevos planteamientos de progreso en una zona protegida que, como Reserva de la Biosfera que es, se rige por una regulación bastante rígida. Las normas son estrictas y terminan por condicionar la sociología del territorio en aras de conservar su privilegiada naturaleza.

Al recorrer Somiedo fuera de sus aldeas, por sus montes y valles, deberemos respetar nuestra integridad y no ser demasiado temerarios. Hay que darse cuenta que nos encontramos en un espacio de alta montaña y que conviene dejar aviso de los itinerarios que pensamos realizar, no aventurarse en zonas altas con mal tiempo, llevar un mapa detallado, una brújula, calzado adecuado…

Si vamos bien pertrechados descubriremos que los hayedos son los bosques más frecuentes en Somiedo y que suelen poblar las laderas. Otros bosques presentes en el Parque son los robledales, los abedulares, las alisedas y los encinares, que asoman en valles de origen glaciar
y cimas karsticas de abrupta geología. Por allí campean también una fauna propiamente norteña, con el matiz de en Somiedo se contabilizan entre el 40 y el 50% de los osos de la Cordillera Cantábrica. La zona de densidad osera más alta de la Europa occidental. Entre las especies de montaña destacan el rebeco, águila real, corzo, venado, marta, ardilla, lirón careto, gineta, lobo, urogallo …

Somiedo es un arca de Noé y una tierra de leyenda, tampoco le falta la bruma, los bosques o los lagos. El territorio está surcado en su totalidad por terrenos que pertenecen a la cuenca alta del río Pigüeña y sus afluentes, y son muy numerosos los lagos y lagunas. Destacan los lagos del Valle, Cerveriz, La cueva, La mina y Lago Negro o Calabazosa. Junto a éstos de más importancia, existen numerosas lagunas de pequeño tamaño, como el lago Bueno, lagunas Cabera, Redonda, Llamazo, Fontarente, lago de la Mesa, Camayor, Fuentes, etc. algunas de las cuales son temporales y se secan durante el verano.

En Somiedo, como es lógico, existen mil y una rutas posibles, algunas de estos itinerarios han sido señalizados, otros muchos no. Conviene iniciarse en las rutas señalizadas, que son un montón y suficientes en principio para cualquier senderista que se precie:

Ruta del Camín Real de la Mesa -La Bustariega, GR-101 // Ruta del Camín Real, GR-101 // Ruta de El Cornón, PR. AS-10 // Ruta de la Braña de Mumián, PR. AS-11 // Ruta de las Brañas de Saliencia, PR. AS-12 // Ruta de Castro, PR. AS-13 // Ruta de La Peral – Villar de Vildas, PR. AS-14 // Ruta del Valle del Pigüeña. La Pornacal, PR. AS-14.1// Ruta de los Lagos de Saliencia, PR. AS-15 // Ruta de Valle del Lago, PR.AS-15.1 // Ruta de El Puerto – Sousas – Valle de Lago, PR. AS-16 // Ruta de Braña de Sousas, PR. AS-16.1

Para obtener una información más precisa de los itinerarios que convienen a cada uno y conseguir información de primera mano, documentos gráficos y mapas, lo mejor es acercarse al Centro de Interpretación del Parque que está en la capital del concejo: Pola de Somiedo.